Legado

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viernes, 17 de julio de 2015

CRISTINA Y LA HISTORIA A SU PIACERE

Cristina Kirchner días atrás utilizo el concepto de la victoria de la patria sobre la antipatria. Triste concepto, propio de los autoritarismos y no ajeno en su uso al neo fascismo lopezrreguista isabelino de la triple A o al lenguaje corriente de la última oprobiosa dictadura militar.
Las voluntades hegemónicas llevan a confundir  un ocasional liderazgo popular  y su voluntad con la nación en su conjunto, con la emanación de la patria, por ende  a quien desiente  solo le cabe el calificacativo de enemigo, antipatriota traidor.
Pero como para los K y sus acólitos, toda la gestión es una épica y una epopeya, es más que lógico que en su vehemencia y aprovechando la ocasión del día de la patria ingresen en el camino de esas comparaciones históricas. No es nuevo esto, en el peronismo nuestros padres o abuelos recuerdan la imagen del general Perón en su caballo pinto emulando la imagen sanmartiniana en el centenario de su fallecimiento.  Franco gustaba de buscar comparaciones con los reyes del glorioso imperio, el  Duce los honores romanos y el mismísimo Fuhrer de las imágenes de Carlomagno o de los héroes wagnerianos, salvando las apreciables  distancias de los ejemplos tomados, todas las voluntades hegemónicas en más o menos pretenden dotarse del ropaje heroico histórico.
Parece que nuestra Presidenta admira a  Manuel Belgrano, sabido es que pago a su médico y amigo con su reloj, lo único de que ya disponía, al morir le cavaron una fosa y sobre ella colocaron una losa de mármol blanco, trozo de la cubierta de una cómoda que había pertenecido a su madre, los dineros que le  otorgados por las victorias de Tucumán y Salta destinados por su generosos y patriótica donación a Escuelas que recién a regañadientes se finiquitaron en las épocas del menemismo. 
Mas allá de los afanes revisionistas de los historiadores pagos, los Kirchner nada pueden hacer por siquiera rozar el Olimpo de nuestros próceres, lejos de los de mayo su conducta dista  enormemente incluso con dirigentes políticos del siglo XX como Arturo Illia o Raúl Alfonsín con el que se esfuerzan vanamente  parangonarse.
Raúl Alfonsín dijo frente a la actual Presidenta “la intolerancia, la violencia, el maniqueísmo, la compartimentación de la sociedad, la concepción del orden como imposición y del conflicto como perturbación antinatural del orden, la indisponibilidad para el diálogo, la negociación, el acuerdo o el compromiso, han sido maneras de ser y de pensar que echaron raíces a lo largo de generaciones en nuestra historia. Y que por cierto, constituyen todavía hoy una de las principales rémoras y déficit con las que carga nuestra democracia.

Este gobierno con su discurso virulento y su lógica amigo/enemigo ha abierto una profunda herida social, nada de patriótico hay en ello, en tener a Boudou o a Milani tampoco.

LA UCR y UNA APERTURA NECESARIA

Hace unas horas quien escribe estas líneas y muchisismos mas militantes radicales sin distinción  participamos diríamos como extras en el spot de campaña de Martin Losteau, quizás entre algunos veteranos bromeábamos sobre esta circunstancia, pero mas alla de ello me puse a pensar sobre como a diferencia de otras fuerzas radicales y sin abrir juicio de valor tanto nos ha costado adaptarnos a los nuevos tiempos. Sin ir mas lejos nos hemos cansado de escuchar las criticas vehementes a un intelectual de la talla de Rodolfo Terragno, me hago cargo las he hecho desde ese sambenito de no es radical, mas aca en los tiempos se demonizo a Gonzalez Fraga en su momento, y no poco es lo que le toca hoy a Martin Losteau y al Vice de Ernesto Sanz, Lucas LLACH.
Los radicales sostenemos la defensa irrestricta de la institucionalidad, creemos en el dialogo, en la construcción de una sociedad moderna, plural, inclusiva a travez de la herramienta de la educación y de políticas publicas. Que tiene en principio de cuestionable rechazar el aporte humano intelectula y politico que pueden brindar personas provenientes del campo de la academia, de la economía si a grandes rasgos comparten ese citerio. Jamas hemos sido un partido dogmatico. Nuestro tamiz es no es radical, o no es afiliado?.
A Terragno lo condenaban por que dijo que no habría votado por Alfonsin en el 83, a otros por ser funcionarios de otras gestiones de la cual se fueron por motivos que compartimos, y me detengo a los dos casos digamos actuales. Alguien mas alla del sambenito de no es radical, encuentra algo contrario al pensamiento radical en las propuestas de Losteau, alguien se detuvo a leer la idea de dividir en tres la provincia de Buenos Aires de Lucas Llach, muy cercana a la idea de regionalizar el país que este partido ha sostenido.  Esta bien no es radical, digamos que lo de correr guanacos o ser canalla y admirador de Messi me suena raro, pero y si nos abrimos y escuchamos ideas y si debatimos sin estigmatizar prejuiciosamente de entrada.
La política cambio, se ha horizontalizado, las redes sociales la han modificado sustancialmente, no reniego de mis 33 años de militancia la reivindico y sigo ejerciendo solo me pregunto es valida y lógica nuestra cerrazon.
Un posible Presidente es un ex motonauta casi monosilábico, el macrismo ha ido mas lejos es un posible  gobernador  el humorista Miguel del Sel y en Cordoba Cacho Buenaventura. Asi entre el ex menemismo, el macrismo, el massismo y el actual Kirchnerismo podría hacer una lista.
notable.  Un común denominador mas alla de su imagen carecen de algún pensamiento sobre el cual valga la pena detenerese aunque mas no sea momentabeamente.   Y si nos abrimos un poco, y si a diferencia de los Del Sel aportamos algo distinto o nos nutrimos de ello, si entendemos que con el enorme respeto y cariño por que allí me forme hay una forma de hacer política que debe ser necesariamente revisada por que la sociedad cambio, el radicalismo si quiere seguir sirviendo a la misma y en la misma también debe hacerlo.   Si personas formadas intelectualmente , creen en las instituciones, en la transparencia, en la educación como herramiento de cambio social, en la exigencia  y calidad de la misma, en la modernidad, por que no teneder el brazo y abrir la oreja si hay mucho mas  en lo que se comparte que en  lo que se disiente.

TAREAS INELUDIBLES

Carlos Nino en su obra un país al margen de la ley", señala la anomia en la sociedad argentina, una sociedad que hace de el no respeto de sus normas , de su transgresión una habitualidad.
De otro gran docente del derecho, en este caso de su historia  Don tJosé Ignacio García Hamilton  es la obra  "Por que crecen los países” surge una nocion  de que luego de estudiar casos como la Grecia clásica, la Roma Imperial, Inglaterra y los Estados Unidos, había comprendido que para que haya crecimiento a largo plazo es necesario que existan gobiernos limitados, deben  respetar la vida, los derechos y las propiedades de los habitantes, solamente así se crea un clima apto para el trabajo, el ahorro y la inversión. Lamentablemente señalaba que odavia subyace la malsana idea de que  los países crecen con gobiernos fuertes o caudillescos.
El apego a la ley esta íntimamente vinculado con el respeto republicano a una división de poder y fundamentalmente a no pretender colonizar la justicia. Comparto el criterio de su democratización la misma consiste en hacerla accesible a todos, plural , diversa con perspectivas modernas e inclusivas, no en generar jueces serviles.
Flaco favor le ha hecho a nuestra democracia las ideas de Laclau del cual Zannini es un introcuctor y cultor. El maniqueísmo, la dicotomía amigo enemigo, es lo totalmnte contrario a un sistema democrático, el considerar al opositor un enemigo lleva all no dialogo, a la reducción de los espacios políticos de debate y a la intolerancia.
A esta sociedad anomica y dividida por pasiones excacerbadas , se une una de las principales remoras de nuestra democracia, la perdida del valor de la educación como herramienta de cambio social, como freno a la repetición intergenaracional de la pobreza. La no  excelencia y la mediocridad de nuestra escuela secundaria frustran a futuro a nuestros jóvenes cuando prosiguen su vida.. No se trata de cubrir metas estadísticas bajando la vara, se trata de reconstruir nuestra educación publica devolviéndole excelencia, solo con ella el sueño de este país capaz de generar desde sus universidades publicas premios nobeles en ciencias será posible.
La excelencia educativa su exigencia, unido a la necesaria revolución democratica del respeto o apego a la ley a la reconstrucción de una sociedad plural diversa y de dialogo son las asignaturas imprescindible de la tarea que se avecina. Sin esto, la tragedia y los flagelos de nuestra Argentina permanenceran en las décadas proximas.

miércoles, 13 de mayo de 2015

LA DECREPITUD ETICA DEL KIRCHNERISMO

Con una serie de tuits en los que cargó contra Fayt, la Presidenta dejó en claro anoche que su última obsesión, que bien puede ser leída como uno de sus caprichos crepusculares, es barrer la Corte. Hacer de ella un cuerpo a su servicio como en los tiempos ultraliberales del “menemato”: una “mayoría automática” con aire progre. En la vida y en la política los extremos suelen hacer maridajes de conveniencia en el final de sus historias. Basta con repasar los votos y deserciones o presencias del senador Carlos Menem en sesiones clave y el paraguas que, a cambio, le supo dar el kirchnerismo.
Esa belicosidad política hacia la máxima instancia de otro poder del Estado y sus miembros la despliega un gobierno que está a siete meses de su ostracismo institucional. Porque aunque su candidato gane, la cadena nacional la usará otro y ese sólo hecho dará a la sociedad una mayor dosis de calma y compostura: bienvenida señal de un nuevo y esperado tiempo político.
Como se sabe, la “pieza” buscada para una de las maniobra K en la Corte es el jurista Carlos Fayt, debido a sus 97 años y presunto deterioro. ¿Sabrán los impiadosos acosadores K que el primer peronismo consagró los “derechos de la ancianidad”?
Nadie puede contra la biología: seguramente que los reflejos y reacciones físicas de Fayt han sufrido merma por el desgaste que traen los años. Pero eso no habla de su inteligencia y lucidez, que sin dudas superan, por ejemplo, a las de Leandro Santoro, el radical K ungido compañero de fórmula de Mariano Recalde en Capital. Santoro es ahijado político del pacto de Cristina con Leopoldo Moreau, el hombre que, con el 2,43% de los votos a nivel nacional, llevó a la UCR a una hecatombe histórica como candidato presidencial de 2003. Hoy sobrevive como un mendigo a la sombra del poder, pero es apenas un fantasma político de un ayer ya sin honra alguna. Lo llamativo del caso Fayt es que recién ahora hayan reparado en su cédula de identidad.
El filósofo, jurista, politólogo y senador vitalicio italiano Norberto Bobbio, quien sufrió prolongada cárcel por su militancia antifascista, escribió en De senectute, título tomado de las reflexiones de Cicerón en el 44 ac: “…la marginación de los viejos en una época en la que el curso histórico es cada vez más acelerado, resulta un dato de hecho, imposible de ignorar … El viejo sabe, por experiencia, lo que los otros no saben aún y necesitan aprender de él”. Allí Bobbio describe crudamente su angustia sobre la ancianidad y la hora final. Lo escribió en 1996, con 8 años de vida por delante. Le temía a la decrepitud física, pero no a otra más terrible que la muerte misma, y que el kirchnerismo pone en evidencia en su embestida a Fayt: la decrepitud ética y moral.

UN ACUERDO QUE LE HACE BIEN A LA DEMOCRACIA

El acuerdo entre la Unión Cívica Radical y Pro es la novedad más interesante que presenta un escenario político marcado por la finalización constitucional de un ciclo de gobierno que deja huellas profundas en la cultura política argentina. Más allá de las reconocidas dificultades de la política argentina por lograr que acuerdos coyunturales se conviertan en coaliciones estables, las posibilidades existen. Si no se imponen lógicas conservadoras -un escenario que es altamente probable- el acuerdo UCR-Pro puede colaborar para que la elección de este año no marque sólo un cambio de plantel estatal.
 
Foto: LA NACION 
La unión entre ambos partidos le ofrece al ciudadano una herramienta con la que terminar este ciclo de más de una década de populismo, lo que hace de esta coalición un hecho políticamente correcto y embellecedor para la política argentina. Una construcción distinta y virtuosa aparece cada vez más como algo importante, sobre todo, como contraste frente a sucesos actuales del pan peronismo, que refuerzan las condiciones conservadoras y facciosas de resolución de conflictos internos.
El radicalismo y Pro pueden salir robustecidos de este acuerdo y beneficiarse mutuamente si son capaces de aceptar debilidades y fortalezas. Ambos partidos viven dentro del sistema político argentino y se alimentan de sus horrores. Ambas fuerzas admiten una cartografía de flaquezas muy grande, pero sería injusto no reconocer sus virtudes e irresponsable no ponderar sus potencialidades.
En primer lugar, el acuerdo coloca en una situación de modernidad política a ambas fuerzas. La capacidad para pasar por encima de las consecuencias de un sistema de partidos fragmentado y anárquico construyendo una coalición de gobierno institucionalizada y estable los muestra como actores inteligentes e informados que comprenden de las realidades políticas globales.
La combinación virtuosa de lo mejor de ambos partidos puede convertirse, entonces, en la arcilla ideal para una construcción interesante.
La imagen más atractiva de Pro, en términos simbólicos, es su falta de muertos y la ausencia de rasgos sacrificiales. Es el único partido en la Argentina que no tiene mártires. Al no tener próceres puede evitar tomarse la temperatura espiritual varias veces por año en conmemoraciones mortuorias. Esto tiene como consecuencia lógica la ausencia del discurso lacrimógeno y nostálgico tan presente en los partidos tradicionales. Pro no aprovechó nunca esto de un modo creativo. El hecho inédito de no necesitar llorar podría haberse convertido en el eje narrativo de la identidad de Pro mucho más eficazmente que sus inclinaciones personalistas, tan literalmente expuesta en la idea del ADN-Pro.
Otra de las virtudes, muchas veces inadvertidas a golpe de prejuicio, es que Pro es uno de los partidos políticos más y mejor estructurados de todo el sistema político argentino. Es el único que destina lo que legalmente está previsto para la formación de dirigentes y que ha mantenido en el tiempo un think tank que funciona y produce. Ha tenido la inteligencia, además, de utilizar este equipo como semillero para promover candidatos y figuras públicas. Se puede estar más o menos a favor del sesgo y de la producción de la Fundación Pensar, pero no se puede decir que no existe o que es una mera pantalla para desviar fondos. En el mismo tono, Pro es la única fuerza política que tiene una escuela de dirigentes donde se forma a jóvenes de todo el país en las distintas áreas de gobierno.
El Pro ha demostrado, además, tener la capacidad de convertirse en el único partido fuera del bipartidismo tradicional, que ha logrado permanecer en el tiempo, crecer territorialmente expandiéndose a las provincias y a la vez gobernar el distrito de mayor visibilidad política de nuestro país.
Dejo para el final una de las más importantes ventajas que le lleva Pro al resto del sistema político. Es un partido que sabe y al que le parece bien que los ciudadanos le dediquen más tiempo a su vida privada que a las cuestiones de la vida pública y la política. Tanto su discurso como su gestión están dispuestos de modo tal que el gobierno hace su trabajo sin reclamarle a las personas que se conviertan en militantes. Esta manera de entender la política es la más rica para nuestra experiencia contemporánea y la más útil para restablecer genuinamente la relación entre la política y los ciudadanos.
A un partido centenario como la Unión Cívica Radical, con tantas rutinas, con tantas efemérides y tanta sobreideologización, le hará bien relacionarse con estas virtudes de Pro. Si se mira en ese espejo puede valorizar el enorme aporte que puede hacer un grupo de jóvenes (y no tanto) dirigentes para modernizar el partido y colaborar en el fortalecimiento de la democracia argentina. Si hace esto con eficacia, es decir, si se potencia con las habilidades de su nuevo socio, la UCR podrá aligerar su sesgo conservador y convertirse en un lugar atractivo para aquellos que sientan curiosidad por la vida pública. El radicalismo tiene mucho para ganar en un acuerdo con Pro, pero debe actuar inteligentemente. La primera inteligencia es la de no dejarse ganar por una culpa ideológica que carece de sustento.
Pro, por su lado, puede crecer con las virtudes del radicalismo. Puede utilizar las ventajas de la tradición política radical, vinculada al debate, al respeto por la palabra compartida y puede habituarse con mayor comodidad al intercambio de opiniones y argumentos. La lógica democrática de exteriorización de las diferencias -encarnada en las discusiones de la convención de Gualeguaychú- es un valor muy potente de la tradición radical de la que Pro tiene mucho que aprender.
Desde el punto de vista institucional, la enorme experiencia del radicalismo, tanto histórica como presente, en el manejo de la cosa pública y el entrenamiento de sus cuadros en la administración estatal en todos sus niveles contrasta con la habitual inexperiencia de algunas incorporaciones de Pro, provenientes de otras dimensiones de la vida social.
Por otro lado, el enraizamiento que tiene el radicalismo a nivel territorial puede ser un excelente vehículo para que Pro llegue a lugares, sectores sociales y personas a los que hoy no tiene acceso. Desde la perspectiva del Pro, una primaria nacional con la UCR es el reconocimiento definitivo de su estatus de partido nacional.
La implantación universitaria del radicalismo es otro de los bienes incalculables para la simbiosis UCR-Pro. El radicalismo aporta una relación vital con las universidades argentinas, con sus producciones y con las personas formadas allí que el Pro no tiene y esto abre un espacio de creación sumamente interesante.
Los procesos políticos llegan hasta donde llega el talento y la sensibilidad de sus protagonistas. El acuerdo entre la UCR y el Pro no es un experimento sencillo y como todo ejercicio, puede salir mal. Las experiencias recientes, tanto en Mendoza y Santa Fe, como en Neuquén y en la Ciudad de Buenos Aires muestran claramente esa complejidad. Con resultados disímiles en realidades distintas, el acuerdo avanza a tientas, con intención de caminar con el tiempo con un poco más de seguridad.
Aún así, y más allá de cálculos electorales inmediatos, todos atendibles y legítimos, el acuerdo de ambas fuerzas acepta hospitalariamente argumentos a favor. El más importante y fundamental es el de demostrar la inteligencia y la sensibilidad necesarias para comprender que las democracias contemporáneas requieren de coaliciones políticas que diluyan las diferencias y potencien los puntos de acuerdo. Si nadie tuviese miedo y se asumieran algunos riesgos, las potencialidades aumentarían en proporción geométrica. Con un poco de osadía, inteligencia y sensibilidad, la elección de 2015 no sólo cerrará el ciclo populista sino que puede iniciar el camino complicado pero esperanzador de la modernización democrática argentina.

miércoles, 15 de abril de 2015

adios a los fantasmas de la guerra fria

 estas alturas es ya un lugar común repetir que el encuentro entre Barak Obama y Raúl Castro durante la Cumbre de las Américas en Panamá representa un hito histórico. Por supuesto que lo es, y tiene consecuencias para todo el continente, porque cambia la naturaleza de las relaciones entre América latina y los Estados Unidos, dándoles un nuevo tono. Y echa la última palada de tierra a la Guerra Fría y a su retórica altisonante.
Si el entendimiento entre los dos países sigue progresando, hay dos fantasmas que parecen destinados a regresar a sus tumbas, y son el antiimperialismo y el anticomunismo, aunque por supuesto seguiremos escuchando sus aullidos. La extrema derecha del Tea Party en los Estados Unidos, y los adalides del socialismo del siglo veintiuno, entre nosotros, van a agitar esos fantasmas mientras su vocinglería pueda darles réditos políticos.
La frase bien meditada de Raúl Castro cuando exculpó a Obama de las agresiones imperialistas del pasado y le dio la calificación de "hombre honesto" encuentra un complemento adecuado en otra frase del propio Obama, cuando dijo: "Nuestras naciones deben liberarse de los viejos argumentos, debemos compartir la responsabilidad del futuro. Este cambio es un punto de inflexión para toda la región".
Es un acercamiento que promete; pero, para que pueda volverse irreversible, será necesario que algunos de los pasos previstos se den en lo inmediato. Auspiciosamente, el líder demócrata acaba de firmar y enviar al Congreso la notificación para sacar a Cuba de la lista negra de países patrocinadores del terrorismo ; falta que se establezcan las plenas relaciones diplomáticas. Esto abriría el camino para que las restricciones del bloqueo económico puedan seguir siendo aliviadas y para que el sucesor de Obama en la Casa Blanca se encuentre con una situación de no retorno, si es que ese sucesor viene de las filas republicanas más radicales.
El argumento de quienes adversan este entendimiento en marcha es que el gobierno de Cuba pone muy poco de su parte, en cuanto a derechos humanos y libertades democráticas, mientras todas las concesiones vienen a ser hechas por los Estados Unidos. Pero, a su vez, es bien sabido que la concesión fundamental que Cuba espera, el levantamiento del bloqueo, no está en manos de Obama, y de aquí a que en el Congreso en Washington haya una mayoría favorable a esa medida, falta aún mucho camino por recorrer. Ya Raúl Castro lo sabe, y por eso ha insistido en repetir que hay que tener mucha paciencia.
Mucha paciencia. Cuando se habla de derechos humanos y libertades civiles en Cuba, no se trata de meras concesiones, sino de asuntos que conciernen a la naturaleza del sistema político: el poder de un solo partido, el control de la sociedad civil y el monopolio de los medios de comunicación. Aquí es donde Raúl Castro se ha mostrado intransigente al afirmar que Cuba no cambiará su sistema, y entonces todo parece quedar en un punto muerto.
Pero no hay puntos muertos de aquí en adelante. Obama, que se acerca al fin de su último mandato, y quiere que su apertura con Cuba sea parte visible de su legado presidencial, tiene al otro lado de la mesa de negociaciones a un líder histórico de la revolución cubana que pasa ya de los 80 años y que ha anunciado él mismo que no buscará un nuevo período a la cabeza del régimen. Raúl Castro representa una generación que se despide. Por tanto, en Cuba habrá necesariamente un relevo generacional, con dirigentes que ya nada tendrán que ver con la familia Castro. Si estos nuevos dirigentes se atendrán a la ortodoxia política, y se aferrarán a la idea del partido único, es algo que está por verse.
Seguramente todo está siendo minuciosamente planeado para que los actores del relevo no se aparten de la línea tradicional y sigan tolerando la apertura económica, pero no la apertura política. Pero la historia ha demostrado reiteradamente que el futuro no puede ser dictado para que se cumpla al pie de la letra. Una vez que una generación desaparece, ni desde la tumba ni desde el lecho de muerte se pueden controlar los acontecimientos del mañana, que no dependen de una voluntad conservada en formol, sino de un sinfín de elementos que chocan y se entrecruzan: nuevas concepciones del mundo, nuevas necesidades, nuevas realidades, cambios abruptos del entorno: la vieja dialéctica que vuelve siempre por sus fueros.
El cambio generacional se vuelve determinante para derribar barreras, dejando la intransigencia para los viejos, y esto tendrá que ver también con los cubanos de dentro y de fuera, los que viven en la isla y los que viven en la Florida. Los jóvenes nunca quieren el pasado entregado en bandeja para que se repita de manera incesante. Tienen su propia idea de futuro, que desborda el corsé ideológico, sobre todo en un país como Cuba, donde han demostrado creatividad en tantos sentidos, empezando por el artístico, el cine, la música, la literatura, la pintura y, sin duda, el económico, como emprendedores, desde que se autorizó el funcionamiento de pequeños negocios y han aprendido a moverse en aguas antaño prohibidas, las de la iniciativa privada.
Por otro lado está la cercanía geográfica, que ha jugado un papel esencial, aunque no pocas veces negativo, en la historia moderna de Cuba. Si nos acordamos bien, señalar que Cuba y Estados Unidos se encuentran a una distancia de apenas 145 kilómetros el uno del otro, se volvió recurrente durante la Guerra Fría en el discurso de las dos partes: los gobernantes de Estados Unidos para señalar el peligro de tener tan cerca de su territorio continental un país comunista, y los dirigentes cubanos para realzar su orgullo de llevar adelante una revolución en las propias barbas del Tío Sam. Hoy, al levantarse las barreras, esa cercanía tendrá sin duda un signo positivo.
Por eso es que ese encuentro de Panamá entre los gobernantes de dos países largamente enfrentados es histórico, porque ha quitado cerrojo a las puertas del futuro, que será sin duda novedoso.

BEATRIZ SARLO NUESTRA SEÑORA ARGENTA

El afiche “Máximo al gobierno / Cristina al poder” y la cadena nacional de la Presidenta fueron las novedades de esta semana.No es posible disminuir la importancia del afiche, como habría sido equivocado tomar en solfa el deseo que Diana Conti expresó con la lúcida frase “Cristina eterna”.
La cadena nacional del martes pasado debería haberse titulado: “Palabras de Nuestra Señora de la Argenta”. La Presidenta es una tenaz practicante del consumo de objetos y por eso sabe de qué está hablando. Un populista más tradicional habría subrayado “bienestar” y “derechos para todos”. Cristina, en cambio, dice “pararse frente a una vidriera”. Perfectamente a tono con la época, su discurso no se dirige a ciudadanos cuyos derechos se amplían sino a potenciales compradores de mercancías, cuyo voto ella necesita fidelizar (los términos de mercadotecnia corren por cuenta de la ideología del discurso presidencial). Por eso, durante un largo segmento de la última cadena nacional habló como la promotora de una tarjeta de compras.
Cristina, maniática coleccionista de joyas según últimas denuncias, se comportó de acuerdo con su sensibilidad.
Es una puesta al día del discurso populista. La “gente”, que mencionan otros políticos, valora la identidad de consumidora y tiene motivos de sobra para no aceptar la exclusión, cuando comprueba que muchos otros están incluidos en el mercado, para empezar los amigos de la Presidenta (y no sólo los dueños de diarios a los que ella insulta).
En el pasado, el discurso populista interpelaba al pueblo bajo diversos nombres: los clásicos vocativos argentinos fueron “descamisados” o “trabajadores”. Cristina demuestra la obsolescencia de ese lenguaje. Interpela sin eufemismos a consumidores reales, potenciales o imaginarios. A la república de la “gente” le contrapone el régimen de los consumidores y ella se constituye en Nuestra Señora de la Argenta. Los excluidos de ese reino del consumo no figuran en los discursos, por motivos que ya explicó Kicillof.
Providencia. Es incuestionable el derecho a una jubilación por parte de quienes no pudieron probar treinta años de aportes en un país habituado a la irregularidad laboral. Sólo los muy reaccionarios pueden oponerse. Pero la cuestión no es ésta, sino el carácter providencial que la Presidenta atribuye a su acción de gobierno junto con la amenaza de que todo va a caer si ganan “los otros”. En un plano imaginario, Nuestra Señora transfiere al modelo consumidor a esos cientos de miles de jubilados que siguen siendo, en el mejor de los casos, humildes consumidores, si se juzgan los haberes que reciben con los que deberán pagar sus cuotas de los bienes adquiridos con la Argenta.
O sea que el Proyecto Kámpora es una especie de desarrollismo pasado de fecha
Esta puede ser una solución si no se encuentra otra mejor. Pero más vale no celebrarla como una política social progresista. Es simplemente una política mercado-internista, un rasgo que posiblemente sea el más estable de los que caracterizan al gobierno de Cristina Kirchner: mercado interno más un discurso industrialista que no coincide con los fríos y renuentes números de las inversiones.
Vencido. O sea que el Proyecto Kámpora es una especie de desarrollismo pasado de fecha, en lugar de la refulgente innovación que expone la Presidenta. Puede irse tranquila en este aspecto: ni la derecha más mercadocrática le quitará la jubilación no contributiva a nadie. Su monto no alcanza a cubrir lo que el defensor de la tercera edad Eugenio Semino estima como el costo de una canasta de bienes y servicios para un jubilado: en noviembre pasado, 6.720 pesos, es decir casi el doble de una jubilación mínima de 3.821 pesos en bruto (no queda mucho resto para mirar vidrieras y comprar alguna menudencia).
Para mantener ese capítulo del Proyecto no es necesario el autoritarismo presidencial, ni las cadenas nacionales, ni el discurso prepotente ni el hiperpersonalismo envilecido. Pero sería bueno, en cambio, que la Presidenta explicara el aumento de su patrimonio, que le permite mirar vidrieras sin angustia, y la oscura sociedad de su hijo con Lázaro Báez. Su audiencia, además de agradecerle la extensión de derechos, estaría en condiciones de reclamar sobre las cuentas poco claras de quien se los concede.
En una típica denegación, Cristina Kirchner también afirmó que ojalá no le tocara volver a la Rosada en 2019. Cualquiera podría leer la frase suprimiendo el adverbio negativo. El afiche mencionado al comienzo proclama: “Máximo al gobierno / Cristina al poder”. Lo que olvida es el carácter fúnebre que tuvo esa consigna, cuando fue “Cámpora al gobierno / Perón al poder”. A los 49 días de asumir, Cámpora se vio obligado a renunciar; lo sucedió Raúl Lastiri, yerno de López Rega, como presidente provisional; se llamó a nuevas elecciones, que ganó Perón acompañado por Isabel en la vicepresidencia. Meses después Perón murió y la Argentina empezó a recorrer un camino que terminó en el golpe de 1976.
Edgardo Depetri, uno de los que imaginaron el afiche, debería tomar un tónico para la memoria, ya que es lo bastante grandecito como para saber estas cosas y no evocarlas como himno triunfal, porque son combustible para una aventura destructiva. Además, y por si alguien lo olvidó, la Constitución prohíbe que se ocupe por tercera vez la Presidencia si no ha transcurrido “un período”. Un “período” son cuatro años. Es deseable que a ningún luchador del Proyecto y paladín de la obsecuencia se le ocurra confundirse, imaginar una renuncia como la de Cámpora y entronizar nuevamente a Nuestra Señora.

BEATRIZ SARLO DECIR O NO DECIR

El próximo jueves 9 de abril,Margarita Stolbizer presentará su candidatura a presidente. Apoyo esa candidatura y asistiré al acto. ¿A qué viene esta declaración en primera persona?
Viene a exponer una cuestión que concierne a los que colaboramos en los medios como periodistas, intelectuales o una indiscernible mezcla de ambos oficios. En A Good Life, Ben Bradlee, el director delWashington Post durante el caso Watergate, que ese diario investigó hasta sus últimas consecuencias, cuenta que conoció a John Kennedy, casi por casualidad, un domingo soleado de 1959, cuando paseaba en familia por Georgetown. Se hicieron amigos, compañeros de copas, capturados ambos por lo que cada uno admiraba o deseaba del otro. Se los veía en los pubs, o comiendo con sus respectivas mujeres en los restaurantes del barrio donde vivían. Bradlee cuenta que Kennedy lo llamaba a cualquier hora para protestar por notas que no le convenían y que llegaba a enojarse.
Muchos años después, en esas memorias tan fascinantes como instructivas, Bradlee escribe: “Los periodistas, y especialmente los editores, siempre temen que los políticos los seduzcan; al mismo tiempo, buscan esa seducción o, por lo menos, alguna forma de intimidad”. Y agrega: “La experiencia de que un amigo esté en la carrera presidencial es inesperada y fascinante para cualquiera. Pero, en el caso de un periodista, también es poco clara: ¿se es amigo o periodista? Hay que redefinir esos dos términos permanentemente”.
Esto sucedía en Estados Unidos. Kennedy no tenía voceros que mediaran en su amistad con Bradlee, lo cual era una ventaja. Pero quiero subrayar que la relación del periodista y el político era pública. Eso evitaba los sobreentendidos y las sospechas. Lo mismo vale para la relación entre un intelectual y un político (me excuso de no poner siempre la forma femenina, pero aquí va: una política, una periodista, una intelectual).
Hace poco, Jorge Lanata dijo que no votará ni a Macri, ni a Scioli ni a Massa y que lo más probable es que vote a la centroizquierda. Creo recordar que Horacio Verbitsky(aunque no haga falta) da a conocer su voto. No conozco otros casos, pero es posible que existan. De existir, de todos modos, sería una práctica que no puede volverse obligatoria. Pero que sea excepcional pone al desnudo las dificultades de una relación compleja.
Me parece tosca la afirmación de que el voto es secreto. El secreto del voto es un instrumento legal defensivo, no una obligación de silencio. Defiende a los débiles frente a los poderosos: en el pasado, al peón frente al patrón, al obrero frente a quien le daba trabajo, y siempre al empleado público frente al gobierno. Por lo tanto, el secreto del voto también cubre a un contingente de periodistas que temen represalias laborales si expresan el contenido de su voto según el medio donde trabajen (canal público o gran monopolio informativo), pero resulta inmotivada concesión para los periodistas “estrella”.
Dos preguntas: ¿arriesga su credibilidad un periodista o un intelectual que escribe en la prensa por el hecho de enunciar su voto? ¿Los lectores ganan o pierden con este saber?
Quisiera separar estas dos preguntas de lo que, en los últimos años, se ha denominado“periodismo militante”, una forma del periodismo que toma poco en cuenta la objetividad de la información. Entiendo por objetividad no simplemente la verdad fáctica de lo que se afirma; también importa lo que no se dice y, sobre todo, el modo en que se dice lo que se dice. Afectan la objetividad tanto la omisión de lo que va en contra de lo que se quiere demostrar, como el escamoteo de datos que contrabalancean o equilibran los hechos que se presentan y el montaje tendencioso de lo que otros han dicho.
El “periodismo militante” no es únicamente una desviación de Víctor Hugo Morales, de 6, 7, 8 o de buena parte de Página/12. No estoy hablando de plata (que es otro tema, quizá de la misma importancia) sino de la tentación que asalta a los que tienen la oportunidad de expresarse, como intelectuales o como periodistas, en los medios. De esa sombra, ninguno de nosotros queda libre para siempre. Por el contrario, es un peligro que amenaza incluso a los que parecen más ecuánimes. Nadie está a salvo. Por lo tanto, lo mejor y más difícil sería comunicar todas las razones por las que se dice lo que se dice.
Para no irritar susceptibilidades, doy un ejemplo del pasado: Jacobo Timerman fue un periodista militante cuando persuadió a sus lectores de La Opinión de que el golpe que se acercaba en 1976 venía solamente para impedir el caos en el que había caído el gobierno de Isabel Perón y restablecer el “orden”. Lo que no dijo es que él y su diario mantenían relaciones, desconocidas para sus lectores, con los jefes militares del golpe inminente, sobre todo con la fracción de Videla y Viola. No dijo que lo que estaba informando provenía de uno de los cuarteles golpistas. ¿Reserva de fuente o cálculo? Otra buena discusión de ética periodística.
Imaginemos un tipo ideal de enunciación: los lectores conocen las simpatías políticas de quienes escriben en los medios y, por eso, están en mejores condiciones para evaluar su objetividad cuando eligen los sucesos que comentan y las opiniones que expresan (ineluctablemente) esos comentarios. Todos saben un poco más en un proceso de comunicación menos opaco. Disminuye la sospecha. Quizás haya menos que denunciar en Twitter, ese inflamable jury del periodismo.

miércoles, 18 de marzo de 2015

UCR - HAY PARTIDO PARA RATO

Con su particular ingenio, Perón describió a los peronistas como gatos: parece que se pelean pero se están reproduciendo. En estas páginas, el genial Sendra agregó que los radicales son como los perros: parece que se mueven pero se están rascando. El sábado pasado, sin embargo, los radicales se movieron. Y la picazón atacó a los de afuera.
Después de 2001, muchos pensaron que los partidos habían desaparecido. Algunos politólogos inauguraron la política después de los partidos, afirmando que los liderazgos de popularidad habían substituido a las organizaciones con base territorial. Quizás tenían razón, como el reloj parado que da la hora correcta dos veces por día. Ya no la tienen.
La convención nacional de la UCR fue muy cortejada desde afuera. Mauricio Macri apelaba a los convencionales cordobeses, Hermes Binner a los santafesinos y Sergio Massa a los jujeños. El kirchnerismo no consiguió convencionales y envió un contingente callejero al servicio de Leopoldo Moreau. La deliberación de los 300 representantes fue pacífica, y la decisión democrática. Los perdedores aceptaron el resultado. Los radicales salieron de Gualeguaychú con una estrategia de alianzas, un candidato presidencial y algo más: un partido político.
En el mundo existen 125 democracias y sólo seis se gobiernan sin partidos: Palau, Micronesia, Kiribati, Islas Marshall, Nauru y Tuvalu. Todas tienen menos de 100.000 habitantes y están localizadas en archipiélagos desperdigados por el Pacífico. Son microestados aislados. La democracia después de los partidos aún no se inventó para países de tamaño familiar.
La representación de masas se nutre de la popularidad pero se asienta en la organización. El mérito de Macri no es el carisma ni haber presidido un club popular, sino entender que había que construir un partido para aspirar al gobierno. Como señaló María Esperanza Casullo, es la primera vez desde 1916 que un candidato presidencial con chances no viene de la UCR ni del PJ. Pero el PRO todavía está inmaduro, y su alianza con el radicalismo arriesga su consolidación institucional. La fórmula para 2015 parece clara: el radicalismo pone la estructura y se lleva los cargos legislativos y provinciales, Macri pone la intención de voto y quizás se lleve la presidencia. La diferencia es que, si falla, en 2019 seguirá habiendo UCR pero no PRO.
De los restantes partidos argentinos, el Movimiento Popular Neuquino sigue siendo provincial y el socialismo ... también. La cuestión es, entonces, qué hará el otro partido nacional. El peronismo es creativo pero reactivo. Siempre ha sido más eficiente para adaptarse a situaciones cambiantes que para moldearlas. Ante la unidad opositora, la respuesta natural es unirse también. Mal augurio para los que quisieron jugar por afuera. Pero Massa fue artífice de su propio destino cuando le sopló a los medios su encuentro reservado con el jefe del radicalismo. Decía Talleyrand que la traición es una cuestión de fechas, y el tigrense se anticipó. Para su consuelo, el PJ no tranca la puerta.
La candidatura presidencial de Ernesto Sanz no es testimonial, es paraguas. Cubre a veinticuatro candidatos a gobernador. Les permite a los líderes provinciales aprovechar a Macri para la campaña sin renegar del radicalismo nacional. Cada distrito queda en libertad para construir alianzas flexibles. Por eso, si el acuerdo UCR-PRO potencia la candidatura de Macri, debilita la estructura institucional del PRO. La política argentina sienta a los dos grandes partidos a la mesa y pone a los otros en el menú. Vienen ahora dos etapas decisivas: la negociación de las listas comunes y la competencia en las PASO. La negociación refleja la correlación de fuerzas, y el radicalismo tiene mayor peso territorial. Con un cura en cada pueblo, puede fiscalizar elecciones en caso de desacuerdo. Los radicales beben en sus fuentes krausianas cuando punzan que, si no hay fiscales rivales, volcar el padrón es un imperativo moral. Y la competencia electoral tampoco encuentra mal parada a la UCR, atrincherada en su sarcástico lema de que se pierdan mil principios pero que no se pierda la interna.
Contra una creencia arraigada, el problema de 1999 no fue la Alianza sino el radicalismo. Nadie podía pedirles a Chacho y Graciela que tuvieran equipos de gobierno. Más que el rejunte falló el diagnóstico – el de situación, no el ideológico. Hoy el partido socialdemócrata alemán es socio menor en el gobierno de Angela Merkel, porque los acuerdos sobre políticas no afectan los valores. Pero las ideologías, decía Marx, son falsa conciencia. Y excusa de perdedor.
Hace una década, Juan Carlos Torre mostró que el colapso de 2001 dejó en la orfandad partidaria sólo a la mitad de los argentinos. La otra mitad mantuvo la paternidad del peronismo. Quizás la convención radical esté indicando el regreso de la patria potestad compartida.

viernes, 13 de marzo de 2015

BEATRIZ SARLO REQUIEN PARA LA UCR

Beatriz Sarlo, una de las intelectuales más influyentes de América latina, opinó sobre la estrategia del radicalismo de tejer acuerdos con el partido de Mauricio Macri desde las comunas, como ocurrió en Mendoza y en Entre Ríos, mientras se espera una definición a nivel nacional.
"Que un gran partido nacional que tiene 120 años, empiece a construir una alianza desde las municipalidades, prácticamente me parece una especie de suicidio político. Se llega a una convención radical en la cual ya está todo  atado en las provincias y por lo tanto no hay otra cosa que hacer sino que aprobar una alianza con Macri”, dijo Sarlo.
Me parece que es verdaderamente muy grave y los responsables que hicieron eso que tienen nombre y apellido. Creo que eso significa la destrucción del partido radical. Réquiem para el radicalismo en marzo”, lanzó la escritora.
Sarlo sostuvo que “en la coalición de centro izquierda UNEN quedaron los que quisieron quedarse, los que se oponían a hacer un guiso donde se mezclara pollo con chancho con vaca. Los que se fueron con la derecha son los radicales, fue Sanz que se fue de UNEN porque se sabía que la condición era no hacer una alianza con la derecha ya que el Frente Amplio  era de centro izquierda, no de centroderecha”.
“El radicalismo tiene elementos socialdemócratas que están aceptando con mucha resistencia lo que va a ocurrir el 14 de marzo en su Convención. Estoy pensando en gente como Ricardo Alfonsín que sería un excelente candidato para provincia de Buenos Aires,  pero llamarse Alfonsín e irse de una convención nacional de la UCR es pedirle a alguien una especie de harakiri personal y hay que tener fuerza para eso y quién sabe si cualquiera de nosotros sería capaz de hacerlo", analizó Sarlo en diálogo con Mauricio Llaver y Roxana Badaloni en el programa de radio After Office.

jueves, 5 de marzo de 2015

CRISTINA HEREDARA EL VIENTO

En el dia de ayer un niño de 14 años murio en Venezuela durante una protesta opositora al chavismo en la ciudad de San Cristóbal. La violencia  política en las tierras de Maduro no cesa. Ledezma es el tercer alcalde opositor detenido y acusado de estar relacionado con acciones supuestamente golpistas y "desestabilizadoras" en Venezuela.
Maduro usa un libreto el de las "corporaciones destituyentes" que nos suena no? Es el mismo que a diario sostiene el kirchnerismo en la Argentina para silenciar a los opositores al Gobierno.
Hace un tiempo la Presidente se  autocomparó con Manuel Dorrego, colocándose en el rol de victima no de un fusilamiento real sino de uno de carácter mediático, autotitulandose una defensora a ultranza de los derechos del pueblo frente las minorías del privilegio.
La referencia auto comparativa a hechos trágicos de nuestra, es una muestra cabal de la concepción política profunda del Kirchnerismo, íntimamente vinculada a Carl Schmitt.
Claramente la política como confrontación permanente entre amigos y enemigos. Carl Schmitt decía sólo nos conocemos a nosotros mismos cuando identificamos a nuestro enemigo, “Con nosotros o contra nosotros”.
El maniqueísmo tiene bastante de intolerancia, y nada tiene que ver con los valores esenciales de la democracia, cuya construcción tiene menos de épica individual y mas de labor colectiva diaria.
Los enemigos en estos años parecen ir en aumento, los medios hegemonicos, los empresarios, el campo,los buitres, la clase media urbana  y ahora los jueces y los fiscales, en realidad dia a dia se agregan muchos a este listado de negadores contumaces de la felicidad del pueblo que solo nos depara el Kirchnerismo.
Lo cierto que el Kirchnerismo ante la realidad responde con torpeza, violencia verbal y soberbia , y con su todavía incomparable maquinaria colmara de militantes su acto épico del 1M, allí seguramente en un dia soleado un despliegue a toda maquina de micros, bolsones, punteros y efectivo le dara al oficialismo los animos de decir que aca esta el pueblo real frente a los golpistas.
Conociendo a Cristina envalentonada redoblara la apuesta y someterá al escarnio y a la injuria a los que no comparten su visison o su modelo.
El Kirchnerismo puede montar con sus aparatos los escenearios que quiera, la realidad no cambia, los tiempos vienen cortos en alegrías y munidos de citaciones, noticias judiciales en contra, causas que se complican , con una economía complicada que no se puede tapar hablando de boon veraniego.
Aquel que cree disturbios en su casa, heredará el viento dice la frase bíblica, en la Argentina K esta plenamente vigente.

ADIOS A JULIO CESAR STRASSERA

En tiempos donde hay nubarrones ennuestra Republica, en tiempos de una ciudadanía conmocionada que días atrás salioa la calle multitudinariamente en reclamo de una justicia independiente ycontra la impunidad, nos deja un símbolo único de esa lucha, DON JULIO CESARSTRASSERA.
 Fueprotagonista excluyente de uno de los hechos mas importantes y trascendentalesde la historia judicial y de la lucha por los derechos humanos no solo de la Argentina sino del mundoentero, ya que el juicio a las juntas militares impulsado por Raúl Alfonsin yque lo tuvo como Fiscal , es único e incomparable, ya que fue llevado a cabopor un tribunal civil no por tribunales militares ni por tropas de ocupación,como su antecedente el Juicio de Nuremberg. Eljuicio se realizó entre el 22 de abril y el 14 de agosto de 1985, donde seventilaron  281 casos y término con lacondena a los genocidas.
El 9de diciembre se dictó la sentencia condenando a Jorge Rafael Videla y Eduardo Massera a reclusión perpetua, a Roberto Viola a 17 años de prisión, a Armando Lambruschini a 8 años de prisión y a Orlando Ramón Agosti a 4 años de prisión. Por las características que tuvo, lacondena a las juntas militares realizada por un gobierno democrático constituyeun hecho sin precedentes en el mundo, que contrastó fuertemente con lastransiciones negociadas que tuvieron lugar en aquellos años en UruguayChile,BrasilEspañaPortugal y Sudáfrica.
En eljuicio Strassera realizó de viva voz la acusación pública y el alegato finalcontra los dictadores, en este último episodio, cerró el mismo con el SeñoresJueces NUNCA MÁS.
Con motivo del indulto de Menem,Strassera renuncio y abandono la función publica, siendo desde ese momentohasta su deceso un referente permanente las muchísimas veces que los Poderes deturno cargaban contra la independencia del Poder Judicial en busca deimpunidad, siempre alzo la voz frente a estos hechos y así en esa lucha lo encontróla muerte.

Quienes lo atacaron desde eloficialismo, pretenden morder el bronce, personajes nefastos que se escaparon prófugosen el baúl de un auto de la intendencia de Quilmas pretendieron injuriarlo envano,

Julio Cesar Strassera es parte de lamejor historia de los Argentinos, fue participe de la gesta de recuperación democráticaque ineludiblemente pasaba por  vencer laimpunidad y castigar a los genocidas. Lo hizo como Raúl Alfonsin en tiempos difícilesen peligro, no bajo cuadritos, ni se auto considero un héroe, falsificando lahistoria, el si lo fue. Adiós JULIO STRASSERA que seamos fieles a su legado enla lucha contra la impunidad.

LOS COMPROMISOS DE LA HORA

Mientras por las redes sociales se estaba deslizando la noticia de que el Poder Ejecutivo Nacional controlaría el acceso de los legisladores y personas a la Asambles legislativa del sábado 1 de mayo, nos desayunamos de otra noticia el Juez Rafecas  prontamente rechazaba in limine la denuncia que el fallecido Fiscal Nisman le había hecho a la Presienta Cristina Kirchner.
Rafecas puede dormir tranquilo su pellejo por la causa Ciccone en el Consejo de la Magistratura esta salvado, ahora Cristina podrá con su nuevo Jefe de gabinete Anibal Fernandez rescatar esa primera teoría de que Nisman se mato por que no tenia nada  en concreto y su denuncia era una falacia. Quizas puedan abandonar otras líneas de argumentacion como haber dado a entender o afirmado en el caso de un legislador oficialista que se trato de un crimen pasional entre una pareja homosexual.
Cristina , rodeada de militantes que están siendo convocados por doquier y a cualquier costo para el  1M, controlando ilegal y arbitrariamente  el egreso de los legisladores , seguramente dara un discurso de carácter histórico, de carácter virulento, falsamente épico, injuriante, de esos diccursos que nos tiene acostumbrados y que llama a la no concordia entre los argentinos y seguro mas,ahora si mas que nunca, van por todo.
Pueden burlarse de los cientos de miles de argentinos que marcharon pidiendo justicia bajo la lluvia días pasados, pueden seguir injuriando la memoria de un fiscal y de 85 muertos en un atentado terrorista impune , seguramente cargaran contra los enemigos de siempre.
La gente que marcho por las calles merece una oposición a la altura de las circunstancias, como un legislador se va a someter al control de acceso de personal de Poder Ejecutivo, la Presidenta es una  invitada y la seguridad mas alla de guardaespaldas de la misma es facultad y obligación del cuerpo. Solo habrá aplaudidores, la oposición debe estar a la altura de las circunstancias o no concurrir o no someterse mansamente a provocaciones o diatribas, debe dar un ejemplo democrático en estos tiempos de oscuridad.
En tiempos difíciles para la Republica, había dirigentes que cuando las patotas arreciaban y atacaban los actos opositores tenían el valor suficiente para mantenerese en las tribunas aun con un revolver en el cinto, hubo dirigentes que purgaron cárcel  y jamás renunciaron a la lucha, los tiempos de oscuridad democrática exigen compromiso y valor, decir la cosas y actuar en consecuencia.   No se otros, pero espero de los hombres y mujeres de la Union Civica Radical que estén a la altura de la historia, de su mejor historia de nunca bajar la cabeza frente a la arbitariedad y la prepotencia impune.

lunes, 23 de febrero de 2015

LA VERDAD DETRAS DEL NUEVO RELATO

"Cometimos un error garrafal. Le regalamos la épica a la oposición", se horrorizaba un integrante del área de comunicación del Gobierno el jueves 19. Tenía los diarios sobre la mesa y miraba las fotos de la marcha de los paraguas. El kirchnerismo piensa la política como teatralidad y esas imágenes conmovedoras bajo la lluvia le arrebataron el monopolio del efectismo cinematográfico. A esa misma hora, mientras el dramaturgo de Balcarce 50 se lamentaba, un fiscal, que había sido vivado por la multitud en la víspera, recibía en su despacho a doce colegas.
Había en esa improvisada y escalonada comitiva jueces y fiscales, y todos lo felicitaban y alentaban, y le confesaban su arrepentimiento por no haber asistido a esa ceremonia trascendental. Todos entendían que el principal mensaje de la sociedad movilizada no era para Cristina Kirchner, sino para ellos mismos. No les faltaba razón. Llamó mucho la atención la presencia en la concentración de vastos sectores despolitizados, gente de clase media que suele ensimismarse en su vida privada y que no sigue detalladamente las peripecias de la esfera pública. Tal vez había allí incluso muchos votantes pasivos de aquel remoto 54%: personas bendecidas por el alto consumo e impactadas en su momento por la muerte de Néstor Kirchner que se habían desentendido desde entonces y a quienes el atronador disparo en la sien de Nisman las había despertado de la siesta. En política, la muerte siempre mete la cola. Ciudadanos de a pie sin ningún vínculo entre ellos, firmes bajo el diluvio tropical, refirieron a distintos movileros que se sentían extraños: la Argentina les resultaba irreconocible. Este país se ha convertido en una cosa deforme y agresiva, cruzada por divisiones y por mafias, insistían con asombro. Para muchos fue un amargo despertar; para otros, la ratificación de sus enconos y temores. Todos juntos formulaban, sin embargo, una misma demanda. Telegrama urgente para jueces y fiscales: pónganse los pantalones largos y dejen de hacer la venia; luchen contra la impunidad y la corrupción.
La Presidenta leyó bien ese subtexto que se mascullaba bajo los paraguas y el temporal. La primera respuesta a la movilización fueron sus calculadas bromas sobre el horóscopo chino, que desgranó en el día de su cumpleaños a través de su cuenta de Twitter. Allí habló de las increíbles coincidencias astrales que había entre ella, Néstor, Mao y Xi Jinping. Su idea era transmitir despreocupación frente al cimbronazo: soy impermeable a lo que "ellos" piensan sobre "nosotros". La segunda respuesta consistió en organizar una contramarcha para el 1° de marzo, cuya millonaria financiación saldrá del bolsillo de los contribuyentes. Su lema es "la democracia no se imputa". Como si Cristina fuera la personificación total de la democracia, una deidad que está por encima de los mortales y que no puede ser pasible de una investigación judicial. El tercer paso fue amenazar directamente a los magistrados: "No se les ocurra hacer ningún gesto que pretenda desestabilizar al Gobierno porque las situaciones van a ser muy malas", mandó decir al secretario general de la Presidencia. Por "gesto" debe entenderse cualquier diligencia o fallo que afecte a los miembros más encumbrados del Poder Ejecutivo. La idea de que una mera medida judicial pueda hacer tambalear un gobierno fuerte al que encima le faltan pocos meses para despedirse no es seria; se trata más bien de un chantaje político y sentimental. El cristinismo le pide a la Justicia, en verdad, que devuelva las múltiples causas por corrupción a sus cajones y que mire para otro lado; de lo contrario, se las tendrá que ver con su furia destructiva. Ese inédito ultimátum chocó con dos "gestos" demoledores: la confirmación del procesamiento al vicepresidente de la Nación por coima que realizó la Cámara Federal porteña y el respaldo de la Sala I del Tribunal de Apelaciones para que el juez Bonadio avance sobre la causa Hotesur, profundice la pesquisa del patrimonio presidencial y eventualmente cite a declarar a Máximo Kirchner si lo cree necesario.
Tal vez desvelada por esta angustia personal, la jefa del Estado resolvió pasar ayer a la ofensiva: escribió una carta en la que intentó preparar a su militancia para una larga y cruenta jihad contra el infiel. En este caso, el "partido judicial", que vendría a reemplazar al "partido militar" y cuyo propósito sería un golpe de Estado, aunque con una "modalidad más sofisticada", como explicó, porque los jueces y fiscales articulan "con los poderes económicos concentrados y fundamentalmente con el aparato mediático monopólico, intentando desestabilizar al Ejecutivo y desconociendo las decisiones del Legislativo. Un superpoder por encima de las instituciones surgidas del voto popular". Es extraño que hable en términos de pasado acerca del "partido militar", cuando fue precisamente ella quien lo resucitó al colocar a la cabeza del Ejército a un general del Frente para la Victoria sospechado de crímenes de lesa humanidad.
El nuevo relato tiene por propósito crear otro enemigo apocalíptico que a la vez contenga a los anteriores. También, deslegitimar la protesta ciudadana y ningunear el carácter independiente de miles y miles de caminantes bajo la lluvia, con la intención de reducir ese hito popular a la mera operación de un grupo de fiscales fogoneados por dirigentes opositores que practican el golpismo. Y, finalmente, encuadrar cualquier revés en los tribunales dentro de todo este "proceso destituyente".
La realidad sin trampas ni paranoias es bien distinta, pero no menos inquietante. Los Kirchner nacionalizaron un formato único: el feudalismo provincial. Perón era populista, pero su experiencia provenía de los clásicos nacionalismos militares de la época, y Menem debió atemperar un poco sus ansias feudales aprendidas en La Rioja porque no hacían juego con el neoliberalismo que abrazaba. El feudalismo aldeano de los Kirchner, que a pesar del barniz progre tanto se parece al proyecto rancio de los Saadi y los Juárez, representa una experiencia nueva para la Argentina. Esta configuración ha sido muy poco estudiada por los cientistas políticos, que por desgano se han contentado con emparentar a los kirchneristas con el chavismo, evadiendo el hecho de que el modelo no estaba afuera, sino adentro: siempre fue Santa Cruz. Ese modelo monárquico y atrasado que toma de rehén al Estado y propende al discurso único, y que otras provincias acuñan también para escándalo de la república moderna, está preparado para la eternidad y no concibe la alternancia. Es por eso que se autoriza a ser reeleccionista y dinástico, y, a la vez, a producir todo tipo de estropicios institucionales y eventualmente a enriquecerse por el camino "para hacer política". La perpetuidad les garantiza anular expedientes y manipular jueces; la variación electoral no faculta esos sucesivos operativos de limpieza. El problema es que el cristinismo no previó la muerte del líder ni que la re-reelección se abortaría con el voto castigo; tampoco que no encontraría un pariente potable o un sucesor claro que le brindara garantías absolutas. Cuando mermó el poder y los jueces fueron abandonando el miedo, el kirchnerismo perdió los estribos y lanzó una andanada salvaje contra todo aquel que osara juzgarlo. Nisman fue parte de esa hostilidad, y su muerte significa por eso, y no por otra cosa, una bisagra. Su desenlace sacudió a sus camaradas y rescató a miles de argentinos de la pasividad y la indulgencia. En una vuelta de tuerca dramática, esa gente exige ahora a los jueces y fiscales que no se acobarden y que vayan hasta el hueso.
No sé qué dirá el horóscopo chino, pero da la impresión de que para la Presidenta este año no viene bien aspectado..

LA MARCHA DE LOS PARAGUAS

Semanas desacreditando la denuncia de Alberto Nisman, días enteros dedicados a correr por izquierda, por derecha y por el centro a Gerardo Pollicita. Tanto empeño le pusieron que descuidaron el flanco del juez federal Claudio Bonadío y la causa de Hotesur ya está a punto caramelo. Al esfuerzo del oficialismo por no comerse una nueva marcha multitudinaria sólo le faltó un “por favor, no hagan llorar a Néstor Iván”.
La agencia de noticias estatal Telam se convirtió en una cartelera antimarcha en la que pusieron en una sucesión de espacios que, por lógica, deberían estar destinados a noticias, el listado de todos los que no adherían a la movilización. Tres actores sin laburo, Adrián Paenza, Pacho O’Donnell, Eduardo Aliverti y varios periodistas más de esos a los que vivir de la teta del Estado les aniquiló el poder de crítica, se sumaron a un documento presentado por Mempo Giardinelli y que, según él, tuvo buena repercusión en Facebook –la intelectualidad ya no es lo que era– donde juntaron 25 mil adhesiones –la cybermilitancia, tampoco– para afirmar que a los únicos que les importa que se esclarezca la muerte de Nisman es a ellos. Por decantación, se podía deducir que al resto de los mortales nos chupaba un gobelino, pero lo dijeron claro “a los que van a la marcha, les importa un pepino”. Fino, con clase, aunque hubieran preferido “un huevo”.
Al pedido se sumó la campaña “Yo no voy” en Twitter, como si nos importara que nos avisen. No era una fiesta de Quince, ni un asado, ni un Bar-Mitzvah. No teníamos que calcular los cubiertos, la carne, el tamaño de la torta o la cantidad de pastrón. Por otro lado, luego de doce años de putearnos por gorilas, cipayos, vendepatrias, imperialistas, neoliberales y fans de Videla, no creo necesario que aclararan que no vendrían los que adhieren a un Gobierno conformado por exfuncionarios de Menem, Duhalde y De La Rúa, que entrega recursos no renovables a potencias extranjeras y que banca a un militar imputado por un delito de lesa humanidad. Sin embargo, se comportaron como la ex que te cagó la vida y te llama para contarte que no piensa ir al cumpleaños al que no la invitaste.
0219_GonzálezEntre los próceres de la brújula desimantada, los de Carta Abierta se llevaron el primer puesto al reclamar a la Corte Suprema que haga algo para frenar la marcha, porque “es su deber, su responsabilidad histórica, frenar esta autonomización de uno de los poderes de la República, esta evidente partidización política de los magistrados del Poder Judicial que pone en riesgo la vida institucional de un régimen democrático”. De los once años en los que tuvieron en Zaffaroni a un juez gomía, no hablaron.
Parece mentira que tipos a los que nos vendieron como las nuevas luminarias del faro cultural de la Patria Grande nuestroamericana no entiendan conceptos tan arcaicos como libertad de expresión, libertad de protesta, o libertad a secas. Hubiera estado bueno que hicieran lo mismo con el Poder Ejecutivo, pidiendo que haga algo para dejar de ocultar números que repercutieron en muertos de hambre, pero son cosas que se les puede pasar mientras analizan al movimiento nacional y popular y su inserción en el universo ante el nuevo orden de la coyuntura intergaláctica.
Cebados, cargaron contra los fiscales a quienes acusaron de querer sacar partido político “con el pretexto de defender las instituciones”. Era obvio que ese argumento iba a fallar justo en este país, en el que justificaron cualquier bestialidad legislativa porque “la aprobó el Congreso Nacional y hay que respetar las instituciones”.
El oficialismo también utilizó todos los medios de comunicación posibles para carpetear a los fiscales que convocaron a la marcha. Fueron tan simpáticos que nos recordaron que a José María Campagnoli lo suspendieron por “mal desempeño”, pero se les pasó que todo quedó en la nada, a excepción del quilombo que se armó por la suspensión del fiscal. Cual náufragos en un mar de incoherencia sin agua potable para beber, tiraron que Stornelli está vinculado con los barras de Boca y se lo pegaron a Macri. Si no tuvieran el lóbulo temporal dañado, habrían tirado un freno de mano al hablar de Stornelli, ex Ministro de Justicia y Seguridad de Daniel Scioli. Y si vamos a hablar de barrabravas, mejor no recordar que el hermano de la Ministro de Seguridad de la Nación apareció pegado a la barra de River en las escuchas por lavado de dinero de Lázaro, o la ONG Hinchadas Unidas que “ayudó a crear” Marcelo Mallo, de la agrupación Compromiso K de Rudy Ulloa. Y, ya que estamos, cómo olvidar aquel hermoso discurso en el que Cristina manifestó su “admiración y respeto” hacia “esos tipos colgados del paravalanchas” que “nunca miran el partido y arengan”.
Por último, si nos van a pedir que tengamos cuidado con quiénes marchamos en base a sus legajos recientes, imagínense cómo les habría ido si nos hubieran pedido que tuviéramos cuidado a quiénes votábamos con idéntico criterio.
 
Sin embargo, el último intento lo dio Cristina ayer al mediodía, cuando convocó a un acto para inaugurar la central atómica Atucha II. Teniendo en cuenta que inauguró cinco veces el hospital pediátrico de Ciudad Evita y anunció catorce veces las represas de Santa Cruz, que la inauguración de Atucha fuera la tercera establece todo un récord en pragmatismo kirchnerista.
0219_CFK2Para que la gente no se sumara a una marcha por un fiscal federal que denunció por encubrimiento a la Presidenta de la Nación, Cris nos contó que el plan nuclear tiene 5.220 especialistas, 1780 científicos y expertos, 1100 profesionales adultos, 390 jóvenes profesionales, 620 jóvenes técnicos para Atucha II, 1330 soldadores nucleares. Las encuestas de adhesión a la marcha que se encargaron tras el acto no fueron concluyentes, pero se estima que al 1% de los manifestantes le importó poco y al 100% le importó nada, con un margen de error del 1%.
Luego de comparar el consumo energético con 2003 para demostrar que se duplicó –nunca con un período previo al estallido– afirmó que la historia no comienza ni termina con ella, para luego pedirnos que tengamos cuidado a quién votamos, no vaya ser cosa que el apocalipsis no se adelante. Siguiendo la misma senda de la contradicción inmediata, la misma mujer que hace un par de semanas elaboró desde Facebook su propia teoría sobre la muerte de Nisman, aseguró que ella no habla de conspiraciones, porque este “no es un mundo de conspiraciones, sino de intereses, querido”, y que esos mismos intereses chocan contra este Gobierno que “impide que le marquen la cancha”.
Enojada con la vida, quiso encontrar alguna explicación a por qué no la quieren, dado que, si bien es cierto que tenemos la segunda inflación más alta del mundo, muertos por desnutrición, problemas energéticos estructurales, suspensiones laborales y una tasa de criminalidad que nunca pone pausa, el kirchnerismo nos devolvió la dignidad. ¿Cómo no amarla, si cada vez que puede nos recuerda que somos todos una manga de ingratos por pensar distinto? La explicación hallada a esta notable injusticia romántica del pueblo radicó en que no le perdonan la política de derechos humanos.
0219_CrisLuego de remarcar que ella tiene “ovarios, querida”, la Presi decidió contar una anécdota, pero con otras palabras, “para ser elegantes”. La historia era de un tipo de la UIA a quien no quiso identificar –José De Mendiguren– que una vez le gritó a Fernando De La Rúa. Cristina preguntó, entonces, si se imaginan a alguien que le venga a gritar a ella. Flaco favor les hizo a los candidatos presidenciables, partiendo por Scioli, a quien lo tiene en el rincón mirando a la pared desde 2003, o a cualquiera de sus funcionarios, que no pueden hablar con los medios sin pedir permiso previamente.
Finalmente, para terminar de arreglar el día la Presidenta más rica de la historia reciente dijo que “el problema está cuando mandan los que más tienen, porque eso repercute en los que menos tienen”, para luego terminar a los gritos afirmando que trabajará hasta el último día de su mandato.
No sé si habrá sido un problema de comunicación, o que a la hora de la Cadena Nacional estaban todos en otra o, directamente, que a todos les resbaló lo que tenía para decir la Presi, pero las marchas se hicieron igual. Esa cosa que tienen algunos de no entender el mensaje conciliador de los gritos recriminadores y ser tan tercos de salir a reclamar justicia cuando tenemos satélite.
0219_ActoKConlluviaLo que vi anoche fue distinto a todo lo que he visto. No fue mejor, no fue peor, fue distinto. No hubo más gente que en el #8N, pero tampoco coincidían los motivos, ni los organizadores, ni el clima. Juntar 400 lucas un día de semana bajo una lluvia torrencial es algo que no se ve todos los días. Y a la luz de lo que fue el último acto kirchnerista en el que llovió y no quedaron ni los granaderos, no se consigue ni pagando.
Familias enteras, padres con hijos, abuelos con nietos, ancianos en bastones y pibes que jugaban con plastilina cuando llegó el kirchnerismo al poder, se juntaron en la Plaza de los Dos Congresos. Como es normal en gente que no colapsa ideológicamente tras la bajada de línea del personalismo, cada uno llevó su propia consigna de por qué se sumaban al homenaje al fiscal Alberto Nisman. Algunos dijeron que estaban para defender a la República, otros gritaban que estaban hartos de todo, y muchos, sencillamente, pedían Justicia.
Los que plantearon la politización desde el punto de vista de la concurrencia de la oposición, se quedaron con la sangre en el ojo. Nadie habló de ellos y no hay otra cosa que un puñado de fotos. Los que la encararon para el lado de que los fiscales deberían encargarse de hacer Justicia en vez de reclamarla, no tuvieron en cuenta el detalle de que la marea de paraguas se detuvo en la puerta de la Unidad Fiscal de la AMIA, que queda en el mismo edificio donde funciona la Procuración General. Como tampoco tuvieron en cuenta que los fiscales que convocaron y marcharon no intervienen en la investigación del asesinato de Nisman. Del mismo modo, no se detuvieron a pensar que son fiscales y no jueces. Como era de esperar, no se les cayó la idea de que además de fiscales, son ciudadanos con libertades y colegas de un compañero muerto. Y mejor ni hablar de las ganas que tenían las hijas de Nisman de formar parte de algo que represente a ese padre que ya no tienen. Supongo que también son golpistas.
0218_freyre_18f_g.jpg_1853027552Sólo en la cabeza de un eunuco ideológico con serias carencias de fósforo en su desarrollo cognitivo puede entrar la idea de que una manifestación de familias con paragüas que tiene hora de inicio y hora de vuelta a casa, es un “Golpe de Estado blando”. Si realmente hubieran sido jodidos, los manifestantes habrían bancado hasta la medianoche para cantarle el feliz cumpleaños a Cristina.
Sobrevivieron a la crisis con el campo que tuvo al país paralizado durante cinco meses, se sobrepusieron a que una lista encabezada por un expresidente y dos futuros candidatos a presidente perdiera en una legislativa, sobrellevaron las multitudinarias marchas de 2012 y 2013. Lo único que explica la reacción hacia una manifestación de dolor y bronca organizada por los amigos y familiares del muerto, es el cagazo a dejar de ser Gobierno. Un miedo cada vez más real y cercano.
Si tuvieran aspiraciones de vida reales que trascendieran lo que dice y deja de decir la Presidenta, no cargarían con esa mochila de angustia. Sin embargo, debo reconocerles que en esa incapacidad de pensar un futuro independiente de una figura de poder, están hermanados con los que menos tienen, esos a los que el Gobierno quiere tanto que los mantiene así, pobres y, sólo si tienen suerte, asistidos.
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El boom turístico de Mardel | Foto: @PolicialesOn
Ayer hubo una marcha en la ciudad de Buenos Aires. Ayer hubo marchas en Ushuaia, Mar del Plata, Mendoza, Salta, Rosario, Santa Fe, Paraná, Catamarca, Río Gallegos, Chubut, Bariloche, Sidney, Berlín, Madrid, Barcelona, Río de Janeiro, Ciudad de Cabo y Toronto. Ayer hubo una marcha bajo un diluvio, sin micros, sin shows musicales y sin ningún presidente que bailara mientras otros lloran la muerte.
Ayer hubo una marcha convocada por personas que forman parte de uno de los Poderes del Estado, pero que fueron a título personal. Un dato que, lamentablemente, no se puede contrastar con el Presidente de la Nación dando un discurso frente a manifestantes en la puerta del Poder Legislativo para meter presión a la hora de votar la 125. Ayer hubo una serie de marchas de gente anónima alrededor del mundo reclamando algo tan básico y elemental que forma parte del cimiento de cualquier Estado de Derecho occidental moderno, aunque a algunos se les olvide a la hora de enumerar los logros de un Gobierno nacional y popular. Ayer, una masa humana convirtió el paisaje urbano en una salpicré multicolor que contrastaba con la oscuridad del cielo, utilizando paraguas para dejar de mojarse, manifestándose para que dejen de mojarlos.
Ayer, un grupo de amigos homenajearon a un colega. Ayer, dos chicas lloraron nuevamente a su padre. Ayer, cientos de miles de desconocidos salieron a hacerles el aguante.
Ayer, en Argentina hubo un intento de Golpe de Estado tan, pero tan blando, que sus actores sólo pidieron Justicia.
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Jueves. “La lluvia de mañana limpiará las manchas, pero algo quedará para siempre en nuestras mentes“.