Legado

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viernes, 17 de octubre de 2014

LA CAMPAÑA DEL TEMOR

De viva voz, el kirchnerismo en pleno se enroló en una campaña para denunciar que si la oposición triunfa en 2015 se derogará la Asignación por Hijos y se devolverá YPF, entre otras cuestiones. La Presidenta, para que no queden dudas sobre el origen de esta acción política, advirtió que son los candidatos no kirchneristas los que tratan de meter miedo para ajustar la economía.
No es la primera vez que el oficialismo le adjudica la autoría a otros de lo que ellos están haciendo ya en la economía. Por ejemplo, el ajuste que se ha impuesto desde la fuerte devaluación de enero. El recurso retórico se utiliza una y otra vez con una liviandad sorprendente.
La Cámpora, inaugurando esta ofensiva contra los opositores, apeló a versiones truchas de Clarín para anunciar que Macri, Massa y Cobos arreglaban con los buitres y ajustaban la economía. Todo fue presentado como una broma pero, en verdad, era bastante serio aunque falso: la intención es confundir y, sobre todo, meter miedo.
Un militante social, Toty Flores, denunció que militantes kirchneristas están recorriendo los reductos humildes del Gran Buenos Aires diciendo que, si gana la oposición, desaparecerá la Asignación por Hijos. Los candidatos opositores han negado estas versiones pero la campaña recién está en sus umbrales.
A esta iniciativa kirchnerista se adhirió con entusiasmo Daniel Scioli, el gobernador de Buenos Aires, convencido quizá de que será él quien defienda en las urnas la camiseta kirchnerista. Para convencer a sus propios conmilitones, Scioli puso especial énfasis a este intento de minar el terreno de quienes pueden ganarle en la próxima elección presidencial.
Scioli recurre a sus lazos con los gobernadores peronistas para tratar de darle consistencia a su candidatura, asediada como está por el núcleo más duro del oficialismo, que no lo digiere. Ya se dijo: la prioridad para ese sector es construir una fuerza política, con Cristina Kirchner como jefa, para el futuro. Falta en ese menú el plato principal del 2015: la lucha por la Presidencia. No es una omisión menor sino la admisión de la realidad del kirchnerismo. El sistema de poder no tiene sucesión fuera de la familia Kirchner.
Scioli, en ese escenario, no quiere desentonar y se pliega a una estrategia en la que no participa y, por sus antecedentes, tampoco cree. Observa con temor que uno de sus principales adversarios, Sergio Massa, está anudando acuerdos en provincias en los que sus potenciales aliados están en problemas. En Jujuy, la UCR puede llegar al poder derrotando al peronismo y a Milagro Sala. En Tucumán, el radical José Cano, también en alianza con Massa, está bien posicionado para terminar con el largo período de Alperovich.
La táctica de meter miedo surge de los pronósticos de posibles derrotas para el oficialismo en provincias en las que se adelantarán las elecciones.

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