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martes, 28 de febrero de 2012

El relato oficial: un esquema en el que la culpa siempre la tiene el otro

El relato oficial: un esquema en el que la culpa siempre la tiene el otro

Frente a las falencias de la gestión, el Gobierno primero las niega y luego deriva las responsabilidades. La ”victimización”.

El Estado se constituyó como querellante en la tragedia ferroviaria de la estación Once para defender “el interés público” y “acompañar a los damnificados” . Así lo anunció el ministro Julio De Vido, según la orden de la Presidenta.

Esta acción le permitirá intervenir en el expediente como presunta “víctima” de la empresa concesionaria TBA , e imputarle, llegado el caso, el incumplimiento de las inversiones y el mantenimiento de los trenes previstos en los contratos. Más difícil es, en cambio, que la querella estatal alentase una investigación sobre las propias responsabilidades del Estado como regulador del servicio y la falta de controles sobre TBA, la empresa que profundizó con el kirchnerismo la misma senda de negocios iniciada en los ‘90, con Menem .

Es decir, si hasta ahora el Grupo Cirigliano había multiplicado sus concesiones en el transporte y como proveedor estatal, y hasta obtuviera palabras de reconocimiento de la Presidenta (ver aparte), -pese a las constantes objeciones de los usuarios- el Estado ahora puede acusarlos por “ faltas graves” en el servicio, deslindando su propia responsabilidad en ese control.

Este mismo esquema de negar las críticas y luego, consumado los hechos -en este caso trágicos-, desentenderse de las responsabilidades es una de las claves del “relato oficial”. El Gobierno promueve la selecta intervención de distintos empresarios en los negocios estatales, les abre el terreno, y luego se presenta como “víctima” si algo malo sucede.

Las críticas oficiales al Grupo Eskenazi por la política de YPF omiten mencionar que el Gobierno lo introdujo en la petrolera y la Presidenta los elogiara hasta hace pocos meses. Algo similar sucede en el mundo financiero. El banquero Jorge Brito , propietario del Banco Macro , donde depositó el ANSES millonarios fondos públicos, y vendedor de una serie de propiedades del Madero Center a la familia Kirchner , es ahora definido como “enemigo de la Patria” por Guillermo Moreno por promover una “corrida bancaria” a fines de 2011.

Las omisiones del relato pudieron funcionar. Pero la tragedia ahora hace difícil sostenerlo.

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