Legado

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jueves, 15 de julio de 2010

“SI” a la ley de igualdad

Diez motivos por los que los radicales decimos:

“SI” a la ley de igualdad


Señores Senadores Nacionales
Bloque Unión Cívica Radical


El Proyecto de ley por el Matrimonio igualitario, representa una necesaria oportunidad para que los radicales nos interroguemos críticamente sobre cuales son aquellos valores que defendemos.

Y por eso, como jóvenes de este partido, decimos:

1- Reafirmamos la política: En tiempos en los que la práctica política parece debatirse muchas veces entre un administrativismo “ingenuo” y un pragmatismo amoral, RATIFICAMOS nuestra convicción y compromiso de que deben ser SIEMPRE nuestras doctrinas filosóficas, ideológicas y morales aquellas que guíen nuestras decisiones, para que la política recobre su sentido y esencia ética.

2- Suscribimos la democracia social: Luego de muchísimos años de debate vinculados a sus posiciones ideológicas y gracias al vigoroso liderazgo político e intelectual de Raúl Alfonsín, la Unión Cívica Radical ha saldado su discusión: La vocación de una amplia mayoría de esta organización, es convertirse en un verdadero partido político socialdemócrata moderno. Esto implica abrazar a dos grandes corrientes progresistas de la modernidad: el liberalismo político y el socialismo democrático.

3- Interpretamos al hombre: Ser radical debería representar una interpretación de la condición humana. Y la reivindicación de valores como la igualdad, la equidad, la libertad, la tolerancia y el pluralismo. Cabe preguntarnos como reconfigurar y proyectar hacia el siglo XXI conceptos como la libertad y la igualdad. Nuestros principios democráticos nos instan a promover una sociedad en la que ambos valores se puedan llevar a la práctica en la mayor medida posible.

4- Insistimos con la libertad: De acuerdo a la concepción republicana de la libertad, consideramos a la política como protagonista fundamental para permitir el desarrollo de las libertades de los hombres y a su realización en la vida social, dentro de los valores propios del republicanismo liberal. Una interpretación renovada de la autonomía y la individualidad, que nos permita estimular el concepto de “libertad positiva”, es indispensable para un modelo democrático de síntesis liberal-republicano.

5- Insistimos con la igualdad: La libertad, la responsabilidad y la tolerancia, en el marco de la ética de la justicia y la democracia, nos hacen a todas las personas sustancialmente iguales, como sujeto de derechos. Sosteniendo nuestra concepción republicana y liberal, bregamos por la igualdad para todos los miembros de nuestra sociedad, tantos aquellos excluidos por nuestros sistemas socio-económicos, como por aquellas minorías que no pueden acceder a todos los derechos políticos y sociales, respetando así nuestra constitución que sostiene que todos los hombres son iguales ante la ley.

6- Insistimos con la democracia: Sostenemos nuestra vocación democrática, privilegiando el respeto y afianzamiento de las libertades individuales y una clara vocación a la vigencia e imperio del estado de derecho y del orden constitucional. Para consolidar una verdadera democracia, es imprescindible que todo ciudadano reciba por parte del estado igualdad de trato.

7- El pluralismo es un hecho: Somos parte de una sociedad que se caracteriza por el pluralismo en las formas de vida y en cuanto a sus concepciones éticas, filosóficas, morales y religiosas. Aceptando esa pluralidad, reivindicamos un mayor espacio para una ética racional en la política, y un mayor pluralismo político. Nuestro deber, es construir una sociedad incluyente y tolerante, donde todos los individuos puedan realizarse plenamente, viviendo en comunidad.

8- La familia ya cambió: Difícilmente se pueda entender la sociedad moderna, si no se comprenden los substanciales cambios producidos en el ámbito la sexualidad, las relaciones, el matrimonio y la familia. La sociedad se democratiza, y también lo hace la familia. La pluralidad abarca también a la organización familiar, y cada vez existe una mayor una diversidad de formas familiares. El matrimonio y la familia siguen llamándose como en el siglo XIX, pero tienen características propias del siglo XXI.

9- Decimos NO a la discriminación: Negarle a las personas de un mismo sexo la posibilidad de contraer matrimonio, representa una discriminación inadmisible. De la misma manera que sucede con el matrimonio tradicional, la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo permitirá garantizar un piso de derechos a miles de familias argentinas, sin perjudicar a nadie. No hay razones atendibles para impedirle a ningún ciudadano disfrutar de todos los derechos que brinda la institución del matrimonio, simplemente por su orientación sexual.

10- Decimos SI a la adopción: Dudar sobre la capacidad de las parejas homoparentales para criar a sus hijos, y brindarles las mismas posibilidades de desarrollo personal que las parejas heterosexuales, no hace más que resucitar oscuros prejuicios morales y religiosos para juzgar la sexualidad.
De todas maneras, este enrevesado argumento, parece olvidar que la ley argentina de adopción no discrimina a los solicitantes por su orientación sexual. Lo mismo sucede con las técnicas de fertilización asistida, que permiten la procreación por fuera de los límites convencionales. La discusión no es si permitirle o no a las familias homoparentales tener hijos, sino si permitirles o no a esos hijos salir del vacío legal en el que se encuentran, para garantizarles el pleno ejercicio de sus derechos.

Todo esto, nos obliga a enarbolar la bandera de la tolerancia a la diversidad sexual y el amor gay, con la plena conciencia de que la libertad de sentir es tan natural que nadie debería jamás ser condenado a la clandestinidad de sus emociones.

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