El Kirchnerismo ha hecho de la falsificaciónde la historia y su utilización apócrifa a los efectos de justificar suspolíticas algo usual.
No es nueva la pretendida elaboraciónde que el Kirchnerismo es una versión aggiornada del alfonsisnimo o su continuación.
Primeramente en materia de ddhh,es dable señalar que la naturaleza épica de la gestión del 83 es incomparablecon la política de los ddhh de los K, una cosa al decir de Raúl era cazar a losleones en la selva y otra distinta es cazarlos viejos sin dientes y en lajaula. No hubo un presidente que haya hecho tanto porla revisión del pasado, en condiciones muy frágiles, como el propio Alfonsín
Raúl Alfonsín jamás fue denunciado penalmente, menos aun suvicepresidente, jamás hizo fortunas ni ejecutando deudores hipotecarios y menosaun en el gobierno. Raúl Alfonsín fue un político de convicciones democráticasy de dialogo, detestaba los fanatismos y la intolerancia. Raúl Alfonsín nadatiene que ver con los Insfran ni con señores feudales provinciales.
El ex presidente radical murió convencido de que la Argentina se debe un debate sobre el futuro, después de haber hurgado tanto en su pasado.
Los K hacen del uso del pasado su principal arma política.
Futuro y pasado encierran también otro desacuerdo: unión o fragmentación de la sociedad. Los Kirchner creen en la existencia de dos argentinas y Alfonsín predicaba una sola.
Leopoldo Moreau dijo en las exequias de su padre político, que Raúl detestaba entre otras cosas, la insolidaridad y los fanatismos, por ende decir que el alfonsinismo es algo similar al kirchnerismo es un oximoron
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