Legado

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lunes, 26 de septiembre de 2011

La pobreza retrocedió a los niveles de 1980

La reciente actualización de los valores de la Asignación Universal por Hijo en el orden del 22,7 por ciento, que hizo trepar el beneficio de 220 a 270 pesos por cada uno de los 3,5 millones de niños beneficiarios, logró básicamente recuperar poder adquisitivo e indujo una leve mejora respecto de los niveles registrados en diciembre del año 2010.

Así las cosas, los niveles de pobreza e indigencia, medidos con la Canasta Básica de Consultora Equis –1.800 pesos mensuales para cuatro personas, se mantienen estructuralmente estables y descienden en el margen, para instalarse en torno del 4,8 por ciento la carencia extrema de ingresos y del 20,9 por ciento la pobreza.

Se trata de 8,4 millones de ciudadanos pobres, de los cuales 2 millones son indigentes, esto es, su nivel de ingresos no garantiza el acceso a una canasta de costo mínimo que garantice la sobrevida.
Con estos datos aún preocupantes correspondientes al mes de agosto del año 2011, debe decirse, sin embargo, que la magnitud del ciclo antipobreza, iniciado en mayo de 2003, desde el inicio del proyecto del Frente para la Victoria, es la más importante desde la recuperación democrática.

Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner han logrado desempobrecer al equivalente poblacional de toda la provincia de Buenos Aires y quitaron de la indigencia (carencia extrema de sobrevivencia) al equivalente de las poblaciones actuales de las provincias de Córdoba, Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos sumadas, como se muestra en el mapa adjunto.

La reversión de los niveles de pobreza e indigencia ocurrida durante la gestión kirchnerista devuelve al país a niveles de pobreza e indigencia aún menores que los del año 1980, cuando ya la última dictadura había elevado a 24 por ciento el 6 por ciento de pobreza de mediados de los años setenta y multiplicó por tres el 2 por ciento de indigentes que midió la Encuesta Permanente de Hogares (aun solamente de alcance metropolitano) del mes de mayo del año 1975.

Adicionalmente, el impacto de la Asignación Universal por Hijo mejora la estructura distributiva de manera sustancial: la brecha entre el 10 por ciento más rico y el 10 más pobre de perceptores de ingreso era de 31 veces en el año 2003, pasó a 24 veces antes de la implementación de la Asignación Universal por Hijo y se sitúa en 17 veces en la actualidad.

Se trata de la brecha más baja desde la recuperación democrática en el año 1983, materializada tras el impacto de la Asignación, que supone transferir el equivalente a 100 dólares mensuales por hogar beneficiario.
Finalmente, cabe acotar que los efectos electorales de este notable mecanismo de transferencia de ingresos a la base de la pirámide social son muy robustos.

Como ejemplo contundente, recordemos que en junio del año 2009, sin la Asignación Universal por Hijo y en medio de la recesión económica, el FpV obtiene el 42 por ciento de los votos en el segundo cordón del conurbano bonaerense, la zona más postergada, con niveles de pobreza de 50 por ciento por sobre el nivel promedio del Gran Buenos Aires.

Por otro lado, en las recientes elecciones primarias, con la Asignación Universal por Hijo funcionando en régimen pleno, en la misma región, el FpV obtuvo el 62 por ciento de los sufragios. Sin comentarios.

artemio lopez

*Director Consultora Equis.

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